Economía

Familias ajustan gastos

Los meses de escalada de precios forzaron a muchos mexicanos a modificar sus dietas

07/10/2022 - 11:00 am

En septiembre de 2022, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) sufrió una variación del 0.62 por ciento respecto al mes de agosto, con lo que se registró una inflación general anual del 8.70 por ciento. El Banxico estima que la inflación regrese a la meta de 3 por ciento hasta el tercer trimestre de 2024 a menos que haya “un efecto mayor al esperado” del Paquete Contra la Inflación y la Carestía, actualizado esta semana. A la par, el salario contractual federal tuvo un decrecimiento real de 2.86 por ciento en agosto, de acuerdo con la Secretaría del Trabajo.

Ciudad de México, 7 octubre (SinEmbargo).– Aunque este viernes 7 de octubre, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que la inflación en México llegó a tu tope, el costo de estos meses de alza de precios ha dañado considerablemente a los consumidores menos favorecidos.

“Hay buenas noticias, una muy buena es que se detuvo la inflación, hoy temprano dio a conocer el dato el Inegi y ya no hay mayor crecimiento inflacionario, muy buena noticia para el pueblo, para la gente, yo espero que hacia adelante siga la disminución, ya llegó a su techo, a su límite máximo, y va a empezar a bajar, ese es mi pronóstico”, dijo esta mañana el Presidente.

Pero lo cierto es que las familias mexicanas han tenido que disminuir de su dieta alimentos o sustituirlos por productos ultraprocesados que dañan la salud. Frente a ello, el Acuerdo del Gobierno federal con la agroindustria, actualizado esta semana, busca, con comida envasada, reducir el precio de la canasta básica de 24 productos de 1,129 pesos a 1,039 pesos promedio hasta el 28 de febrero de 2023.

“Te siguen pagando lo mismo y todo ha subido. Hemos tenido que adaptarnos”, dijo en un mercado público Norma, una trabajadora del hogar que vive con su esposo, hijo y madre a media hora de donde labora, por lo que también le pegó el incremento en el transporte público.

Ella decidió reducir de un kilo a medio kilo las verduras que adquiere para su familia y ya no compra a diario tortillas, las cuales ahora consigue en 15 pesos (22 pesos, precio promedio) en una casa ciudadana de un partido político que los martes ofrece una despensa en 75 pesos. “Todo está carísimo, pero no a todos les afecta igual”, consideró.

Esta semana, la Secretaría de Hacienda y un grupo de empresarios industriales acordaron ampliar el Paquete contra la Inflación y la Carestía que desde mayo ha impulsado una mayor producción agrícola, agilizamiento de la distribución de bienes en trámites y peajes carreteros, y subsidios energéticos para buscar contener la tendencia al alza del precio de productos básicos –sobre todo agrícolas– registrado desde noviembre de 2021 por la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania.

En agosto la tasa de inflación se ubicó ya en 8.76 por ciento, un nivel no observado en dos décadas, de acuerdo con el Banxico. Este viernes, en tanto, se dio a conocer que en septiembre de 2022, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) sufrió una variación del 0.62 por ciento respecto al mes de agosto, con lo que se registró una inflación general anual del 8.70 por ciento.

El órgano autónomo estima que la inflación regrese a la meta de 3 por ciento hasta el tercer trimestre de 2024 a menos que haya “un efecto mayor al esperado” del Paquete Contra la Inflación y la Carestía. A la par, el salario contractual federal tuvo un decrecimiento real de 2.86 por ciento en agosto, de acuerdo con la Secretaría del Trabajo. El salario mínimo se incrementó un 22 por ciento este año, pero solo lo gana el 12 por ciento de los trabajadores.

Con el objetivo de no encarecer ni alentar la importación de alimentos, el acuerdo consiste en que el Gobierno Federal otorgue a las empresas firmantes una Licencia Única Universal que las exenta de trámites, permisos sanitarios y de impuesto por importación de alimentos e insumos para el envase de alimentos como el atún Tuny o Dolores, el huevo Bachoco o San Juan, la carne SuKarne y las tortillas de harina Maseca distribuidos en las tiendas de las cadenas de Wal-Mart, Soriana y Chedraui. En la primera etapa participaron directivos de Pilgrim’s, Bimbo, La Moderna, Alpura, Lala, Kimberly Clark, Maratún, entre otros.

“Es un esfuerzo demasiado parcial porque sólo se están tomando en cuenta a ciertos actores del sector productivo, en este caso las grandes empresas, que tienen capacidad financiera para soportar periodos largos de adversidad a diferencia de las pymes. Más que ser efectivo en el control de la inflación es para dar una señal para generar confianza a nivel interno, pero preocupa el riesgo sanitario que implica”, afirmó el economista de la UNAM Salvador Rosas.

El salario contractual federal presentó un decrecimiento. Foto: Secretaría del Trabajo.

Para la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), que aglutina a un millón 200 mil tiendas de abarrotes, el Paquete Contra la Inflación y la Carestía firmado el 4 de mayo no logró controlar el alza de precios de los 24 productos, lo cual se refleja en el cambio de hábitos de los clientes, por lo que estima que tampoco lo hará “el PACIC 2.0” que sigue sin considerar que los precios varían por zona.

“Tenemos baja expectativa de lo que se alcanzará con PACIC 2.0 por el entorno en el que se lanza, en cierre de año donde la gente gasta más de lo que tiene y una cuesta de enero que se ha vuelto una pendiente anual”, dijo Cuauhtémoc Rivera, presidente de la ANPEC. “Hay una mayor precaución en el gasto, una mayor búsqueda de hacer rendir el dinero y lo otro que está pasando es la cancelación del consumo por insolvencia; hay una oferta muy encarecida y una demanda cada vez más empobrecida”.

Por su parte, el Gobierno fortalecerá la producción nacional de aquellos granos en los que somos deficitarios como el maíz amarillo, y cancelará la exportación de maíz blanco, frijol, sardina y chatarra de aluminio y acero utilizado en los envases de alimentos.

“Vamos a seguir apoyando el campo, vamos a anunciar medidas de apoyo a productores, más siembra de maíz, más siembra de frijol, de arroz, de básicos, Precios de Garantía para que el productor vea compensado su esfuerzo, su trabajo, fertilizantes a precios accesibles”, dijo el Presidente Andrés Manuel López Obrador durante la firma del acuerdo.

LAS TORTILLAS AL ALZA

En cuanto a la harina de maíz utilizada para la tortilla, las empresas Gruma-Maseca y Minsa –que ponen aditivos– asumieron el compromiso de no subir sus precios hasta febrero de 2023. Para la harina básica extra premium sin conservadores, el insumo de las tortillas, el esfuerzo se extenderá para alcanzar un precio promedio 3 por ciento menor al precio promedio máximo actual, unos 60 centavos por kilo.

Pero Blanca Mejía, del Consejo Rector de la Tortilla Tradicional Mexicana, rechazó que sean representados por Maseca y Minsa. “El Gobierno nos está ignorando y creen que se están resolviendo los temas al dar prioridad a estas grandes empresas”, recriminó.

Planteó que este 2022 el kilo de tortilla ha aumentado de 18 a 22 pesos porque hubo desabasto de masa de maíz nixtamalizado por deslaves el mes pasado, así como incrementos en el gas y la electricidad,  por lo que estima que llegue hasta 24 o 26 pesos en los próximos meses.

El precio de la tortilla y otros alimentos ha aumentado en varias zonas del país. Foto: Rogelio Morales, Cuartoscuro.

“El insumo de las 6 mil 700 tortillerías –además de la harina de Maseca y Minsa, y la masa nixtamalizada– es el gas. A la semana, una tortillería que hace 200 kilos de tortilla consume cerca de 4 mil pesos de gas y de luz consumimos mil 500 pesos bimestrales; son gastos muy fuertes”, dimensionó Blanca. Y los molineros que preparan la masa de maíz nixtamalizado gastan sobre todo en electricidad para la operación del molino.

“Que llegue a 26 pesos indiscutiblemente refleja una baja en el consumo, la gente ya no te compra igual y el consumidor tendrá que dejar de comer tortilla o sustituir con pan, lo que genera problemas de obesidad al ser ultraprocesados”, comentó la representante de la industria de la masa y la tortilla.

Pero para la señora Guadalupe no es opción. “Hasta los bolillos subieron de precio y también el pan de dulce”, dijo mientras compraba queso en un mercado.

Dulce Olvera
Reportera de temas de crisis climática, derechos humanos y economía. Egresada de la FCPyS de la UNAM.
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